Arde

Con presión en mi pecho me arrodillo
presión de dolor
presión ardiente
dolor por todos los gritos acallados
ardor en mi sangre por cada
injusticia que me ha dejado al margen
marginal a mí y a mis hermanos de tierra
marginal a mis hermanos rojos, líquidos y vibrantes
de esta dignidad.

Me arrodillo para conmemorar su lucha
para arder con su obra y valentía
para envolverme de luto en su silencio
y me infundan con su grito valor
que me hereden el fulgor que necesito para mi propia lucha
chispa para no encogerme frente al opresor
calor para contener con dulzura al caído
calidez para abrazarnos con fuerza en la zozobra
para poder ser buena compañía en esta miseria.

Me arrodillo para alzarme
por todos aquellos que cayeron y no pudieron
viva la vida
viva la lucha
y deseo con violencia
en perder entre las arenas de la memoria sus rostros
sus nombres
sus vidas
sus risas
sus penas
tallar sus rostros para evitar el saqueo de los que no quieren tregua
buscando limar palmo a palmo las brumas de la amnesia.

Oh fuego, no me dejes olvidar
Oh fuego, que no sucumba esa sensación imperativa de contar lo que pasó
Oh fuego, no me dejes hacerle el juego
a los que quieren que por olvido y negligencia
apatía y estrechez de corazón
el derramamiento de sangre sea un ciclo
normal y cotidiano para cimentar nuestras rutinas.



Dejarlo Fluir

¿Cual es el límite de dejarlo fluir y no luchar?
¿Cuando es el límite en que nuestra comodidad y flojera de no luchar fagocita las cosas por la que deberíamos no arrodilarnos?
¿Cual es el la linea que marca la frontera entre el amor propio y el ego?
Ese ego corrupto que todo lo mancilla y lo devora
¿Es que acaso el corazón roto nos vuelve cómodos?
¿Nos desconecta y nos vuelve cobardes?
¿Es que acaso el corazón roto nos roba la pasión y racionaliza algo que no debería binarizarse?
¿Cual es el límite de lo tóxico?
¿Cuando el momento exacto para saltar del auto en movimiento?
¿Cuando es algo que debiera defender?
¿Cuando es el momento de cautivar las palabras contra mi pecho y tragar con fuerza?
Pasan y pasan las caras
Cuanto desearía saber
Encontrar el equilibrio
Imagino que ese es el viaje
¿en algún momento la sed se sacia?


No quiero compañía si no tiene pasión
No quiero compañía si no tiene calor
No quiero venderme por estabilidad
No quiero venderme para calmar el vacío
No quiero la ilusión falsa,
Ni la rutina sana si me aletarga
No quiero sucumbir a la resignación y a la sobras
para suturar las heridas de mi espíritu quebrado
de mi corazón escurriendose  sangrante y reptante
tras los lumazos represivos de la desilusión.

No quiero perderte y después arrepentirme
Pero tampoco quiero conservarte y luchar por tierra yerma
donde todo esto que siembre nos de nada más que conveniencia.