Uno siempre vuelve a los viejos sitios donde amó la vida...


Cada vez menos sucumbo ante las crisis,
Cada vez son menos intensas.
Creo que lo llevo bien.
Aunque gris y asesina para los rientes,
La rutina tiene una mala fama injustificada
Para momentos como estos.

Los momentos oscuros llegan vertiginosos
Voraces y dolorosos como el asalto más violento
El inicio se siente como el vertigo más desgarrador
de la montaña rusa más alta
y se desata así mismo como un llamarada fría
engullendo el alma y la conciencia.

No quiero ser el eco reflexivo de las almas destrozadas por el desamor,
No quiero ser el contenedor de los traumas y miedos de almas solitarias que flotan erráticas presas del terror de la ceguera, buscando piedad y misericordia en extraños.
No quiero ser el reflejo de mi más profundo miedo.
No quiero ser el cabo suelto de un descorazonador asesino.
No quiero ser presa de mi más profundo miedo y por consiguiente no arrojarme a la vida por el miedo a mi miedo profundo.

Dicen que siempre vuelves al lugar donde amaste la vida
Y me doy cuenta que ese lugar siempre fue este,
el lugar más luminoso de mis memorias, el lugar donde te amé,
Un amor creador que alzó quimericamente este lugar
Y encendió ese calor en la mirada por el cual todos suspiraron,
Este lugar observó el ascenso y coronación de las situaciones y reflexiones más hermosas que ayudaron a fraguar la nostalgia más eterea y sublime.
Me doy cuenta que aunque pase el tiempo, asciendan o caigan pilares
Este es y será la incubadora del lugar donde más fui feliz
Y al que peregrinará por siempre mi alma, cuando de las ruinas deba erguirse,
mi alma maltrecha y mi cuerpo mutilado.