Es susurro cálido del corazón
que me invita a la euforia tierna
de sentir nuestros cuerpos entrelazados
sin espacios
ojos cerrados.
Ella detiene el momento entre sus brazos
por un segundo eterno, vivo despacio
y siento tu corazón y el mío
suspendidos en un suspiro adormilado.
Mírame y llena mi cabeza
de esa sonrisa consentida y primorosa
cuéntame de nuevo con tus ojos la acogedora promesa,
que quiero creer en la belleza
de las nuevas oportunidades
que te da la vida
para ser eternamente feliz
en un instante.